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El héroe de esta historia, Pedro J. González, era un ídolo cuya popularidad llegaba hasta donde alcanzaba la onda de radio que llevaba sus canciones. Fue en aquel entonces, en la radio y entre su público, lo que hoy son en el cine Jorge Negrete o Pedro Infante. Y como éstos, y como todos los hombres que se destacan, Pedro tenía también sus enemigos. Un hombre sin enemigos es un hombre sin méritos.
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